Enumerar todos los elementos que grafican la actual situación socioeconómica del país resultaría un recurso tautológico. El “Qué” es conocido en profundidad y por inmersión desde hace años por todos: Argentina necesita generar empleo genuino, a la vez que desarrollar una matriz productiva capaz de solucionar la emergencia energética, habitacional y económica que la viene atravesando desde hace años y cuya solución parece no encontrarse.

El acuerdo firmado con el FMI avalaría esta consideración: para cumplir con el plan de pagos de cara al 2024, la Argentina debe reducir el déficit, aunque para ello no está la obligación de reducir el gasto público. La única vía para que esto se cumpla es con crecimiento.

El “Cómo” se exclama automáticamente.

Desde hace años se está esperando una lluvia de inversiones proveniente de alguna potencia central, como si la expresión de deseo fuese catalizador suficiente para atraer inversores de todo el mundo.

El “Convertir ahorro en inversión” resulta un recurso semántico cuanto menos trillado por un uso indiscriminado, carente de toda profundidad analítica. Una vez más, una expresión de deseo que se la pensó como catalizador. El uso de LEBACs y LELICs que ofrezcan Tasas Reales Positivas como instrumento de ahorro, ofrecidas desde hace ya varios años por el BCRA, en un intento de contener la inflación crea un circulo vicioso del que Argentina no puede salir: el estado es el principal competidor de las industrias que necesita para cancelar la deuda que ha contraído, boicoteando cualquier industria que pretenda crecer por medio del financiamiento.

Dejar de trabajar sobre expresiones de deseos y trabajar sobre las condiciones estructurales de base permite avizorar “Dónde” están las soluciones para cumplir con el único objetivo que importa, y el único obligado, que es crecer.

En el país aún existen industrias capaces de atraer inversiones y dólares frescos capaces de impulsar el desarrollo del País, aún en esta Argentina y con la competencia desleal del Estado: Minería, Energía, Infraestructura y Bienes Raíces.

Naturalmente surge la duda: están dadas las condiciones para que es ocurra?

Las inversiones de estas características suelen involucrar una compleja y robusta ingeniería financiera de cara a la “vehiculización” y materialización de las inversiones, y si bien Argentina ha avanzado sustancialmente en materia de Fondos Cerrados de Inversión, que reemplazarían en algún sentido a las no reguladas SPACs, aún tiene mucho trabajo por delante.

No existe en el país un esquema que normalice los plazos de análisis y aprobación de oferta pública inicial, como así tampoco que normativice y estandarice el contenido de los prospectos, de cara a evitar caer una seguidilla indefinida de vistas.
Es dable destacar un factor no menor: la legislación actual en materia de vehiculización ubica al Gobierno Corporativo, entendiéndolo como mecanismo de control y protección del inversor, en una posición de inferioridad respecto a otros en los que el regulador es mucho más exigente.

En términos de materialización de las inversiones, y sin profundizar el poco valor ejecutivo de los NDAs, NCs o MOUs, la seguridad jurídica por fuera del mercado de capitales es sustancialmente menor. El Mercado eleva la vara y exige estándares en funciones ejecutivas, gobierno corporativo, controles internos, transparencia y de regímenes de información tal que le da al inversor extranjero mecanismos de control superadores.

Factor no menor es la moneda de la inversión, donde este tipo de inversiones exigen al momento de la materialización inicial de la inversión la seguridad jurídica de que ese aporte inicial podrá ser repagado en la misma moneda, al tipo de cambio más justo. Venderle Pesos a un valor N para más tarde obligarlos a ofrecerlos en un mercado donde cotiza a N/2 es una forma muy certera de desincentivarlos a invertir en el país. El Contado con Liqui es el recurso que ha encontrado el mercado de solucionar esta posición.

 

La salida para las empresas, sin dudas, será por el Mercado de Capitales. 

 

La actual condición de la CNV con líderes como Adrián Cosentino y Matías Isasa, apuestas fuertemente a ampliar el Mercado, ofrecer incentivos a las Pymes, a las empresas familiares y a formar profesionales que sumen sus fuerzas en expandir el Mercado.

Como ha comentado Adrián Cosentino en la charla con Santiago Gallichio durante la X. Convención Anula del IGEP 2021, la CNV tiene como propósito, además de acompañar a las empresas y a los Directores desde la Regulación, sentarse a una mesa con los mismos Directores a charlar sobre sus necesidades cotidianas y las estrategias a mediano y largo plazo. “La idea es sentarse con los Directores, tanto las empresas emisoras como las que potencialmente pueden llegar al Mercado de Capitales, pero por algún motivo no lo hacen, y entender cuales son las necesidades que el Mercado debería suplir, simultáneamente transmitirles bajo qué pautas se da un proceso virtuoso de acceso a este canal de financiamiento, y que podamos captar la mejor manera de trabajar conjuntamente.”

Lo agentes colocadores pueden acercar al Regulador las consultas como para aportar en la asistencia técnica etc.

Esto permite que la CNV interactúe con los Directorios y los Agentes. El dialogo y la comunicación es fundamental.

Existen en el Mercado grupos de profesionales muy capacitados para guiar a las empresas y prepararlas para su salida al Mercado con cualquier de las formas y herramientas disponibles.

El Regulador ya no es ese “cuco” de antes, rígido, estricto y “desenchufado” de la realidad. Más bien todo lo contrario. La CNV entiende a las empresas y las puede acompañar en su modernización y su apertura.

Ya hay miles de empresas Pyme -entre ellas muchas empresas familiares- que tienen contacto con el Mercado, están modificando su morfología y necesitan profesionalizar sus Gerencias y Directorios.

 

La CNV, el IGEP y sus socios, ayudamos a las empresas a caminar por la vía de acceso al Mercado de Capitales.

Es necesario que los Directores sepamos que hay instrumentos específicos de financiamiento para cada empresa, que hay diversidad de propuestas en al CNV, que hay una exigencia gradual para empresas de distintas características, hay programas diseñados con instrumentos específicos para cierto espacios corporativos, se pueden combinar instrumentos y servicios, la CNV propone que las empresas tengan paneles a medida no solo para los requerimientos formales sino para también adaptarse al régimen con permanencia y continuar con el crecimiento.

IGEP y CVN son socios en el Programa DICA y cada vez tenemos más oportunidades para crecer y seguir apostando a la Argentina.

 

La salida para el País, sin dudas, será por el Mercado de Capitales.

 

El Lic. Gonzalo M. Chiarullo, socio activo del IGEP y graduado DEP XXVI, es Master en Finanzas y titular de Ingeniería Financiera aplicada a Economía Real - www.invar.com.ar