Por Raúl Angel Rodríguez y Graciela Braga socios y miembros del grupo de trabajo Tendencias en Gobierno Corporativo del IGEP
1) Planteo del tema: es un poco difuso y muy abarcativo, implica un cambio de tendencias a nivel global. Se está cuestionando la real validez e importancia del cambio climático, de las políticas ESG, de los cupos para diversidades, etc. ¿Cómo impacta esto en el Gobierno Corporativo? ¿Qué pasa con los principales stakeholders?
En los eventos internacionales, cada vez se habla menos de Net Zero emisiones, de ESG, de transición energética, de cuotas por géneros, y más de temas de costos, reshoring, objetivos realistas de implantación de energías renovables, explotación de recursos energéticos fósiles, foco en el gas natural y en la energía nuclear, etc.
Las empresas lo están comunicando. Por ejemplo, sobre el conocido trilema energético, que significa asegurar el suministro de energía a costo competitivo, junto con el acceso universal a la energía y promoviendo la protección ambiental, se está últimamente haciendo foco en los dos primeros factores, en particular el primero. Por ejemplo, ya casi ha desaparecido por completo a nivel mundial, y también en la Argentina, todo cuestionamiento a los yacimientos no convencionales. Asimismo, muchas empresas ya están dejando de lado un objetivo de participaciones por género en los distintos niveles. En Estados Unidos todos estos cambios son muy evidentes y expresos. En nuestro país, comienza a consolidarse esta tendencia: eliminación de los cupos por la IGJ, foco de grandes empresas petroleras en el petróleo y el gas no convencionales de Vaca Muerta, etc.
Esto también es claro internacionalmente: en España el cambio climático ahora no es la principal amenaza percibida por sus habitantes, sino que es la segunda tras los conflictos armados.
Según la NACD (Asociación de Directores Corporativos de Estados Unidos, con más de 24.000 miembros), en las tendencias principales para los Directorios en 2025, no figura ni el Cambio Climático, ni ESG ni temas de Diversidades.
Algunos expertos opinan que estos cambios de tendencias también impactan en otros ámbitos, por ejemplo, la baja generalizada en la asistencia a las votaciones. En la Argentina se lo ha visto este año en las elecciones provinciales, y también en Chile (internas y generales).
2) Un ejemplo de una empresa internacional: Accenture tenía objetivos para lograr una fuerza laboral equilibrada en cuanto a género, con una meta de 50% de mujeres para 2025 y 30% de mujeres en puestos directivos también para 2025. Sin embargo, recientemente, Accenture anunció que ha eliminado sus objetivos globales de diversidad e inclusión. El contexto de los objetivos originales: En 2017, Accenture estableció un objetivo de que la mitad de su personal estaría formado por mujeres para 2025. También tenía un objetivo de que el 25% de sus directores generales fueran mujeres para 2020, objetivo que luego actualizó a 30% para 2025. El anuncio reciente de la eliminación de los objetivos: Accenture ha anunciado que ya no perseguirá sus objetivos globales de diversidad e inclusión, incluyendo los objetivos de género. El Economista reportó que esta decisión fue tomada debido a la falta de progreso hacia los objetivos y a que se considera que las cuotas podrían generar un impacto negativo en la meritocracia. Accenture ha manifestado que se enfocará en promover la inclusión y la diversidad a través de otros medios, como la capacitación y el desarrollo de liderazgo para todos los empleados. En resumen: Accenture ha abandonado sus objetivos de diversidad e inclusión, incluyendo los objetivos de género, pero se compromete a seguir promoviendo la inclusión y la diversidad a través de otros enfoques.
3) Un esbozo de explicación a este cambio de tendencias:
Algunos consideran que el concepto ESG está evolucionando desde ser una “estrella de Belén” que guía sabiamente, a convertirse en un “típico problema de la infancia”. En sus comienzos se lo consideró, difundió y aceptó como un lógico siguiente paso en un capitalismo responsable, pero pasó ahora a ser un espacio lleno de incertezas e incógnitas, más aún desde la pandemia.
Un primer vector es el hecho de que ESG ha estado generando regulaciones y obligaciones cada vez más exigentes, lo que ha creado costos crecientes y mayor complejidad en la gestión, especialmente en empresas que hacen equilibrio entre las ganancias y el bien común buscado.
Un segundo vector es un problema inabarcable: la indudable ambigüedad de la ESG en sí misma. Cada vez es más difícil de explicar y definir, pero cada vez es más fácil de politizar. Así, hay lugares donde estas políticas han finalmente provocado pérdida de empleos y costos mayores de la energía, afectando a los sectores de menores ingresos.
¿Cómo ha reaccionado el mundo? En Estados Unidos, en marzo de 2025 la SEC decidió detener su actitud de defender la divulgación de los temas climáticos, es decir un giro copernicano. En Europa, en abril de 2025 el Parlamento Europeo votó para retrasar y estrechar el alcance de sus directivas claves en los temas de sostenibilidad empresarial. A su vez, el fondo BlackRock, que alguna vez fue un emblema de avanzada en ESG, anunció que se retiraba de NZAMI (Iniciativa para el Net Zero en el gerenciamiento de activos). Asimismo, se han generado muchas presiones para un lado y para el otro.
4) ¿Cómo será el futuro? ¿Qué hacer en los Directorios?:
Los expertos arriesgan cómo sería el futuro cercano. Por un lado, están los que creen que no se abandonará totalmente los conceptos ESG, sino que se adaptarán. Es decir, mantener algunas o muchas de estas prácticas, pero con foco en la creación de valor a largo plazo. Otros pronostican que no se profundizará esta “caída” en los temas ESG, sino que se evolucionará hacia un modelo plural, con el reconocimiento de la existencia de desacuerdos con respecto a los “propósitos corporativos”. También empieza a asomarse el “greenhushing” como una reacción a la situación. Asimismo, comienza a reconocerse cada vez más la importancia de los stakeholders y su doble materialidad (impactos sobre las empresas y desde las empresas).
Entonces, ¿Cómo nos preparamos en estas tendencias en nuestros Directorios? ¿Todavía están los que lo consideran moda o los conceptos llegaron para quedarse, pero con un cambio fundamental en el modelo de gestión y los propósitos? ¿Qué actitud deberíamos tomar con los stakeholders? ¿Estamos realmente convencidos o no?