Por Santiago Gallichio, presidente del IGEP

El mundo se convulsionó en los últimos meses ante profundos cambios geopolíticos y tecnológicos y a los directores parece habernos cambiado el ritmo habitual que nos caracterizaba. El aplomo en la toma de decisiones parece ser una rémora más que una muestra de sabiduría adecuada al rol. ¿Tenemos que cambiar el ritmo? ¿Podemos hacerlo? Y, si no podemos, ¿quedaremos obsoletos y deberemos dar un paso al costado?

El vertiginoso cambio en el escenario político global se fue gestando desde que Rusia sintió que podía volver a avanzar sobre sus antiguos dominios ignorando tratados internacionales, casi 4 años atrás. Le siguió una amenaza similar por parte de China a Taiwán y luego la explosión en Gaza con el ataque terrorista y sus múltiples represalias en Medio Oriente. A este escenario, Occidente respondió empoderando líderes “a la antigua”, que buscan responder a las demás potencias con la misma moneda, como es el caso de Trump en EE.UU. De golpe, parece que estuviéramos de regreso en el mundo anterior a la Guerra Fría.

En otro aspecto, no menor, la superioridad tecnológica y de desarrollo que evidencia China ya no puede taparse más con las manos que agitan la denuncia de la falta de libertad y la represión de sus ciudadanos. Sea como sea, China está derrotando a todas las economías más desarrolladas. Seguir batiendo el parche de que el autoritarismo terminará por ahogar la innovación de sus ciudadanos parece ya un cuento de hadas. Algo más hay que hacer. Europa quedó económicamente presa de su postura ideológica de represalia a Rusia y terminó por elevar sus costos de producción a tal escala que su economía no encuentra cómo hacer pie. A los EE.UU. solo les quedó el rápido atajo de subir las tarifas para ganar tiempo y apostar a un desarrollo competitivo que se esfuma de las manos.

Este escenario que enfrentamos los directores, que es absolutamente diferente al de, por los menos, las últimas cinco o seis décadas, se complejiza exponencialmente cuando nos percatamos de que, si no hacemos algo con la IA, quedaremos “out”. La tecnología parece amenazar generaciones enteras de profesionales, entre ellos, los más veteranos. Y en este subgrupo, los directores solemos tener una alta representación.

El aplomo ya no parece útil para enfrentar un escenario geopolítico inédito en las últimas décadas, que son justamente aquellas en las cuales nosotros ganamos nuestra preciada experiencia, ni tampoco para tomar decisiones que incorporen verdaderamente la “amenaza” de la IA a nuestras vidas profesionales. Se podrá decir que toda crisis es una oportunidad, pero hasta estar seguro de ello, la sensación de amenaza es indisimulable. Y temas como la sucesión generacional difícilmente luzcan como desafíos muy amigables.

En este número, tenemos excelentes análisis que nos ayudan a reflexionar acerca de nuestra nueva realidad como directores.

El grupo de Tendencias en Gobierno Corporativo (GC) de socios del IGEP, a través de los socios Laura Ferrari y Ernesto Bruggia, nos acercan reflexiones acerca de la sucesión generacional, un tema de GC prioritario y a veces excluyente en la demanda de empresas familiares y PyMEs.

Graciela Braga y Raúl Ángel Rodríguez, en otro avance del Grupo de Tendencias en GC del IGEP, nos aggiornan acerca del estado de temas de ESG, en los que la agenda global parece irse acercando a objetivos más realistas que los que se había propuesto en un principio.

Cecilia Osler, integrante de la CD del IGEP, revisa el tema mujeres en directorios a nivel global, regional y local, con un interesante panorama de dónde estamos a esta altura de los acontecimientos. Como los autores anteriores, también parece considerar que es un momento propicio para mirar para atrás y tener una visión más panorámica.

Alex Marchionna y Manuel Der nos cuentan los avatares de una interesantísima conversación entre directores del IGEP y este joven emprendedor de una start-up de IA aplicada a las finanzas y otros miembros de Draper desarrollada de manera presencial en la sede de Draper House Americas en Buenos Aires.

Maru Rasic, nuestra secretaria general, nos refiere la experiencia reciente de recertificación de los Programas Educativos del IGEP en las normas ISO 29.993 que acaba de liderar, recordándonos el largo proceso de mejora continua que el Instituto viene logrando desde que comenzó este camino en 2010. Una historia sumamente exitosa para la institución pionera en el país en la formación de directores de empresa, cuando en 2006 comenzó el rodaje de la primera camada de su programa DEP, sin dudas, el mejor programa para directores que se dicta en el país.

Por último, todas las noticias del IGEP y de los institutos de todo el mundo, a través de nuestra pertenencia al GNDI.

Y no dejen de participar de la CENA DE FIN DE AÑO el próximo miércoles 26 de noviembre en el Buenos Aires Lawn Tennis Club.

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