IGEP: Cómo se desarrolló tu carrera hasta llegar a la posición de dirección?

Mariana Werner: Empecé ni bien me recibí de abogada, en un estudio dedicado al asesoramiento de empresas.  Ahí trabajé más de 20 años. Hoy ejerzo la profesión de manera independiente.

El trabajo en un estudio corporativo me dio la posibilidad desde muy temprano en mi carrera, de asesorar a grandes grupos empresarios. Me dediqué principalmente a fusiones y adquisiciones. El trabajo en el área del derecho corporativo, me permitió ser representante de empresas extranjeras en el país, y más tarde, ser miembro de algunos directorios y sindicaturas de las empresas que asesorábamos.

En el último tiempo tuve la posibilidad de ejercer la presidencia de una de las más importantes empresas agropecuarias de la Argentina, que está en la oferta pública. Esto fue un desafío y significó un gran aprendizaje y crecimiento profesional. 

 

IGEP: Cuáles fueron los principales desafíos que encontraste en el camino?

MW: Como mujer creo que los desafíos fueron varios. El primer gran desafío fue entrar a trabajar a principios de los 90 en un estudio en el que nunca habían ingresado mujeres, y haber sido la única socia mujer. 

Compatibilizar la vida profesional con la vida personal y familiar. Tengo dos hijos que nacieron mientras trabajaba en el estudio. 

Fue desafiante también saber encontrar oportunidades y poder aprovecharlas para hacer carrera en un mundo hasta entonces netamente masculino. Hasta hace muy poco, solo el 8% de los miembros del directorio de las 500 empresas que más facturaban en el país, eran mujeres. Y sólo 5 mujeres éramos presidentes de empresas en la oferta pública.

 

IGEP: Qué herramientas, entornos, procesos sentís que fueron claves para fortalecer tus habilidades como directora?

MW: Creo que no sólo son habilidades técnicas. Es clave la capacidad de escucha y de diálogo para que se puedan conciliar opiniones en ámbitos en los cuales se toman importantes decisiones entre personas que muchas veces vienen de distintas áreas y tienen opiniones diversas. Mantenerse informado y, como presidente del directorio, ocuparse de que todos los miembros del directorio se informen y se involucren en la vida de la empresa. El presidente del directorio tiene también la función de preguntarse qué temas son importantes aunque no sean urgentes, y buscar tiempo para que el directorio se ocupe de ellos, generando así decisiones estratégicas de largo plazo. Es fundamental trabajar tanto con los directores no ejecutivos  como con la administración de la empresa, para obtener el máximo potencial de todo el grupo.

 

IGEP: Qué lugar le darías a la capacitación en el desarrollo de tus habilidades directivas?

MW: La capacitación es fundamental en cualquier ámbito de la vida y principalmente en la actividad profesional. 

Para el director de hoy es importante, no sólo capacitarse en los temas de las industrias o actividades en las que estemos cumpliendo nuestra función, sino también en las habilidades específicas que debe tener un director de empresa. Conocer los temas de gobierno corporativo, las regulaciones aplicables, entender las responsabilidades que se asumen y la forma de mitigarlas.

La función del director se ha profesionalizado y exige que los directores estemos en condiciones de interactuar con el management, los síndicos, los accionistas, los asesores de la empresa y también con los reguladores.

 

IGEP: Cómo fue tu experiencia en IGEP? Qué pensás que puede hacerse para fortalecer la presencia de mujeres en directorios desde nuestra institución?

MW: El año pasado hice el Programa DICA para directores de empresas de capital abierto. 

Fue una excelente experiencia que me permitió profundizar los conocimientos de la actividad del director desde un enfoque multidiscipinario. El programa es muy completo y me permitió  tomar contacto con profesionales de diferentes áreas, así como compartir experiencias y visiones con las autoridades de los organismos reguladores del mercado de capitales.

Me parece importante el trabajo que se hace desde el IGEP, como comunidad de directores, para visibilizar y dar información específica sobre la participación de las mujeres en los directorios, además de servir de punto de encuentro e intercambio de experiencias.