Una de las responsabilidades del Directorio es el monitoreo de los “Riesgos” de una sociedad poniendo límites a su exposición. La inflación afecta a riesgos operativos como financieros.

Dentro de los primeros las variables afectadas tienen que ver con el descalce de los ajustes de precios de los componentes que forman el precio de venta y sus costos. Un descalce entre dichas variables puede afectar en forma positiva o negativa la determinación de los resultados operativos de la sociedad.

Con relación a los efectos financieros se relaciona con la forma que financiamos nuestros activos. Definimos como activos tanto al capital de trabajo como a los activos fijos. En cuanto a la financiación nos referimos tanto al financiamiento de terceros como a la porción financiada con aportes de los socios o utilidades retenidas que se computa en el “patrimonio” de la sociedad.

En esta nota nos vamos a referir al Riesgo Financiero de la inflación.

Para abordar este tema creemos importante compartir con ustedes cómo es la técnica contable que cuantifica la pérdida o ganancia por inflación que se registra en los Estados Contables de la Sociedad.

Las normas contables vigentes exigen que las sociedades reconozcan en sus estados contables el efecto de los cambios ocurridos en el poder adquisitivo de la moneda, a través de la aplicación de una norma que especialmente pauta la forma y oportunidad de su cálculo. Esto significa que, el Directorio, al aprobar el estado contable anual y los estados intermedios, indirectamente aprueba el cálculo del ajuste por inflación y convalida su reconocimiento como parte de los resultados del ejercicio y/o período.

La técnica de ajuste parte del concepto que los activos y pasivos monetarios, son los que están expuestos a la inflación y, en consecuencia, generan pérdidas (los activos) o ganancias (los pasivos) que terminan siendo parte del resultado del ejercicio disponible para distribuir.

Por lo tanto, es importante analizar las “posiciones monetarias” expuestas al cierre de cada período, porque de ellas dependerá la existencia de resultados positivos o negativos a considerar. Así, la tenencia de activos monetarios por encima de los pasivos monetarios, generarán una pérdida para la sociedad y, a viceversa, la existencia de pasivos monetarios por encima de los activos, generará el reconocimiento de una ganancia. Los activos monetarios son, principalmente, la Caja y los saldos bancarios y las cuentas a cobrar que no tienen cláusulas de indexación. Los pasivos monetarios son los saldos con proveedores, fisco, y otros acreedores que no actualicen por inflación sus cuentas. Así, por ejemplo, vender a 30 días y comprar al contado, generará un resultado pérdida. Mantener saldos bancarios inutilizados, también. Financiarse con acreedores que no ajusten sus cuentas por inflación, generará ganancia.

Esto nos hace pensar que es relevante analizar con la administración y las áreas financieras, la exposición monetaria de cada sociedad. Las políticas de pagos y cobros con proveedores y clientes y la forma de financiarse e invertir el dinero sobrante.

Dicho esto, si bien el resultado por inflación lo generan los activos o pasivos monetarios, la técnica contable hace que se calcule a través del ajuste de los activos y pasivos no monetarios y de ciertas cuentas del patrimonio neto y resultados. Es por eso que, en un estado contable ajustado por inflación, las cifras de bienes de uso aumentan año tras año al igual que las cuentas de patrimonio y también las cuentas de resultados.

Para que las ventas de un ejercicio sean comparables y representativas de la evolución de los precios, cada año se van reexpresando los valores mensuales de ventas por el coeficiente que mide la variación de la inflación desde el mes en cuestión con el cierre del ejercicio. Lo mismo sucede con la mayoría de los gastos excepto las amortizaciones y el costo, que dependen del valor ajustado de los activos que los generan: el ajuste de los bienes de uso y el valor corriente de los inventarios.

Y el resultado del período termina siendo la diferencia entre el valor inicial del patrimonio, reexpresado a la moneda del nuevo cierre, más / menos aumentos o distribuciones (todas reexpresadas) comparando este total con la diferencia entre los activos y pasivos al cierre reexpresados a moneda constante.

En períodos de alta inflación como el que transitamos, este resultado por inflación puede ser muy significativo e inesperado, si durante el período en cuestión no se analizan las posiciones monetarias activas o pasivas y, esa “sorpresa” puede ser relevante al momento de, por ejemplo, comprometer distribución de utilidades o reconocimiento de honorarios a directores.

También resulta interesante comparar los estados contables con el período anterior (que a los efectos de la normativa también deben reexpresarse al cierre del nuevo período) para poder evaluar, por ejemplo, cuánto realmente crecí en las ventas (o decrecí) por encima de la inflación.

Nuestra economía no es perfecta. Es un dato de la realidad. Y lo cierto es que no todos pueden trasladar a precios los aumentos de costos o la inflación. Pero, analizar la performance de la sociedad, bajo el velo del ajuste por inflación, puede ayudar a entender mejor la problemática de los negocios, anticipar sus efectos y maniobrar en consecuencia.

Como manifestamos al comienzo la inflación es un riesgo que debe monitorearse en el Directorio, poniendo límites a su exposición y fijando políticas para su control/disminución. Para ello el Directorio debería conocer con profundidad las políticas de financiamiento de los activos de las Sociedad y sus costos asociados, como también las correspondientes a la inversión de los excedentes financieros. También es necesario tener una política de inversión/endeudamiento en monedas diferentes a la local. Un activo o pasivo en moneda extranjera se encuentra parcialmente cubierto a la exposición a la inflación porque se encuentra expuesto al resultado por la diferente evolución entre el tipo de cambio y la inflación.

Un Director debería recibir en forma periódica información como:
Posiciones monetarias
Posiciones en monedas extranjeras
Plazos de cobranzas de los créditos
Plazos de pago de las deudas
Ajustes de créditos y deudas
Inversiones financieras con resultados nominales comparados con la inflación
Cálculo del resultado por exposición a la inflación
Cálculo del cargo por impuesto a las ganancias considerando el AxI impositivo

De la misma forma que el Directorio debe recibir información histórica que le permita evaluar los efectos de la inflación sobre el resultado financiero y el balance de la Sociedad, también debería disponer de información proyectada sobre la evolución de estas variables y sus efectos, para poder discutir y sugerir medidas para mitigar el riesgo.

 

* Silvia Giordano es socia y miembro de la CD del IGEP, socia retirada de PwC Argentina,  Protesorera del CPCE -  CABA y Carlos Pace  es también socio y miembro de la CD del IGEP, socio retirado de PwC Argentina, Profesor de IAE y consultor en temas de Gobierno Corporativo.