Como en pocas ocasiones, esta dramática coyuntura política nos enseña cuánto depende el clima del gobierno corporativo de la gobernanza pública. Los directorios de las empresas deben adaptarse a la realidad en la que deben tomar decisiones de negocios. No es lo mismo actuar cuando un gobierno respeta las reglas de juego que cuando otro presiona al sector privado para perseguir objetivos políticos que no se consiguen por la vía de los incentivos naturales y las políticas generales.

Estos días recientes hemos asistido a una amenaza pública de la máxima autoridad política dirigida hacia las empresas productoras de combustibles para que normalizaran su provisión al público ante la escasez existente. Esa presión pública, entiéndase bien, no está dirigida sino a un puñado de hombres y mujeres de negocio, a saber: los directores de las empresas amenazadas. Estos directores son quienes deben decidir acciones que pueden evitarles un castigo a sus empresas o afrontar las consecuencias. Dicho de otro modo, decidir si dejar de lado los intereses de las empresas a las que encarnan, causándoles daño, o respetarlos y causarles otras consecuencias negativas. Una disyuntiva lose-lose, para ponerlo en términos de negociación. Este es un claro ejemplo de regla contextual de gobierno corporativo. Y de cuánto lo puede afectar una decisión del gobierno nacional.

Nuestra XII Convención Anual IGEP realizada a fines del mes pasado en la Bolsa se desarrolló con sus participantes sumidos conscientemente en este contexto crítico. El IGEP ha decidido abordar el tema conflictivo de debatir su Agenda Pública de Gobierno Corporativo para el próximo período presidencial, tocando los temas más acuciantes de esa agenda. Qué se hará con las empresas con participación estatal y, en particular, con sus directorios y su integración. Si se intentará o no achicar la brecha que nos separa, no ya del mundo desarrollado, sino al menos de la región, en materia de gobierno corporativo. Y cómo se conseguirá recuperar el languideciente mercado de capitales argentino.

Las experiencias recientes de varios directores de empresas estatales fueron muy relevantes a la hora de conocer cuáles son los márgenes de maniobra verdaderamente existentes. Contamos con la destacada presencia de José Luis Inglese, ex presidente de Aysa, Juan Curutchet, ex presidente del Banco Provincia, y Alejandro Marchionna, ex vicepresidente de Aguas Bonaerenses SA. Romper con los privilegios de los propios empleados públicos en el orden de mérito para acceder a cargos, tener idoneidad para poder tratar con la línea gerencial de una manera efectiva que permita introducir cambios, vencer las amenazas de persecuciones judiciales a la salida de la gestión, son varios de los problemas que los candidatos a directores deben saber que afrontarán, en caso de acceder a estos cargos en un futuro.

“La mejor motosierra es entrar a la OECD” sentenció Marcelo Scaglione, quien tuviera la responsabilidad de gestionar el ingreso de la Argentina a ese organismo multilateral durante el gobierno de Macri. No hay mejor ni más simple y económica guía de gobernanza pública que un camino probado y disponible como el que nos ofrece ese “club”. La experiencia que tuvo Brasil con su ley que prohibió nombrar políticos y allegados en los directorios de empresas públicas y el rol destacado que el instituto local de gobierno corporativo tuvo en su sanción fueron el tema que nos trajo Danilo Gregório, el funcionario encargado de este tema en el IBGC. Por último, las palabras de la flamante presidenta de la red global de institutos de directores GNDI, la neozelandesa Kirsten Patterson, siempre sirven de aliento para saber que, pese a las enormes dificultades que enfrenta la Argentina en esta materia, estamos acompañados y apoyados por casi 200.000 colegas de todo el mundo.

¿Cómo tener un mercado de capitales si todavía no tenemos ni siquiera una moneda estable? Esta pregunta es prácticamente una declaración de derrota anticipada. Hemos contado con la mirada de un técnico de altísima calificación en materia de custodia y administración de activos, el director ejecutivo de BYMA Alejandro Berney. El sector privado en su mejor expresión estuvo presente en la figura de Natalia Kanefsck, Global Finance Senior Director de Globant, que nos explicó qué se requiere de nuestro mercado para que empresas como la que ella dirige puedan considerar estar presentes en él. Y asistimos a un interesante contrapunto entre dos representantes financieros de los espacios políticos opositores: Diana Mondino, por La Libertad Avanza, y Patricio Merlani, por Juntos por el Cambio. Lamentablemente, no contamos con la presencia de ningún funcionario del gobierno actual.

Y, por último, los directores del IGEP disfrutamos de nuestra propia compañía durante toda una mañana dedicada a los temas que más nos preocupan y a la conversación y networking entre pares, eso que tanto nos alimenta profesionalmente. Una nueva Convención exitosa que sigue sumando prestigio a nuestros directores y a nuestra querida institución. ¡Felicitaciones a la Comunidad IGEP por este logro!