Los contextos de incertidumbre son el medio de un director de empresas. Nadie puede querer dirigir empresas y no asumir riesgos: ambas cosas van de la mano. A tal punto, que en la descripción de lo que se espera de los directores de empresa, el instituto británico de directores (el IoD – Institute of Directors) destaca la exigencia de que deban ser “emprendedores”. Al parecer, para esta respetada institución, no alcanzaría con la mera “diligencia del buen hombre de negocios” que exige nuestra ley: se les exige ser emprendedores, verdaderos empresarios. Y esta exigencia es natural: ¿quién sino el directorio es el verdadero empresario, si es el órgano máximo en la decisión de las empresas?

Lo cierto es que en contextos, ya no de incertidumbre, sino de muy alta incertidumbre, donde no se sabe a ciencia cierta para qué lado rumbearán las cosas, esta disquisición deja de ser semántica y se vuelve crítica. Y está claro que la Argentina está en uno de esos momentos hoy. ¿Qué hacemos, entonces, hoy los directores en la Argentina?

Me quiero detener en un aspecto parcial pero muy determinante: los escenarios económicos a ser considerados en nuestra planificación más bien táctica, de corto plazo, antes de que se devele el escenario dominante con un poco más de claridad. Las empresas cuentan con asesores macroeconómicos y los directores nos apoyamos en “los que saben” para decidir. Sin embargo, cuando la escena es disruptiva, ¿quién sabe? La situación imperante desde que asumió el nuevo gobierno de Milei es muy representativa.

El escenario económico trazado por el gobierno y su equipo fue bastante inesperado, no sólo en cuanto a su intensidad fiscal, sino también en sus decisiones monetarias. Hasta el momento, el gobierno viene superando las expectativas de los consultores y las distancias entre el escenario dominante entre ellos y el que imagina (y va logrando) el gobierno son muy extensas. Si consultamos el REM del BCRA, donde figuran las estimaciones de las principales consultoras del mercado, cuando el gobierno fijó su tipo de cambio en torno de los $800 y una devaluación del 2% mensual, por ejemplo, el mercado estimaba para fin de 2024 un dólar de $1700. Alguien estaba equivocado.

Los directores tenemos un respaldo muy fuerte para nuestra responsabilidad cuando alegamos que nuestras decisiones fueron basadas en datos del mercado. Pero en ciertas condiciones de ruptura, ¿qué hacen los buenos empresarios? ¿Siguen a la manada o toman la delantera? Si el director debe ser un verdadero emprendedor, como pide el IoD, ¿puede ignorar conscientemente el consejo profesional de los analistas macro y tomar decisiones según su intuición de buen hombre de negocios o debe ser meramente diligente y acatar sus consejos?

De estos detalles está llena la vida de los directores. Y asumir riesgos es una tarea esencial. También existen los consejos que nos recuerdan que difícilmente un juez comercial de un país como el nuestro acordaría mansamente con nuestro arrojo emprendedor. Gran tema de debate al que nos abocaremos el próximo viernes 3 de mayo de 9 a 10 hs:
https://us02web.zoom.us/meeting/register/tZMrdeqhpjMsE9I6n5QTm67mMQlB2e1I8gNg

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