Este panel presentó una pregunta clave. El primer tramo se orientó a indagar sobre la forma en la que los directorios están respondiendo a este desafío a nivel global. Fue presidido por Kulvech Janvatanavit (CEO Thai Institute of Directors) y contó con la participación  de Abby Foote (professional independent director), Dan Konigsburg (Senior Managing Director, Global Boardroom Program, Deloitte), Faroze Nader (Executive Director, UN Global Compact Network Malaysia & Brunei) y  Amit Menipaz (Senior Vice President, Indigo Ag).

En la segunda parte se conversó sobre Climate Governance Principles for Boards (Principios de Gobernanza Climática para Directorios), donde Parmi Natesan (CEO, Institute of Directors in South Africa) entevistó a Karina Litvac (presidente de la Climate Governance Initiative https://climate-governance.org/)

El inicio de la conversación partió de dejar en claro que el cambio climático es resultado de los impactos realizados por humanos. Luego se hizo foco en las consecuencias, y la existencia de “refugiados climáticos”, señalando que el costo de la inacción es más alto que el de cualquier acción.

Después se señaló la diferencia entre los paradigmas de reducción y eliminación de las emisiones, donde uno de los principales problemas es que el uso las tecnologías especializadas no es entendida por directorios y gobiernos. En este sentido, es importante destacar que el modelo de cambio incremental en las energías no lleva al cambio total en 2030, y se enfatizó que la electrificación masiva (a través del oxígeno) debe ser combinada con otros sistemas.

Luego se instaló la pregunta sobre las dimensiones del desarrollo. Porque para las economías que están llegando a este proceso, son nuevos los desafíos para la descarbonización. Y se debe considerar que hay tecnologías que se instalaron como mainstream pero no necesariamente funcionan para todos.

Otra cuestión clave implica gente en las políticas de ESG (Ambiente, Sociedad y Gobernanza, por sus siglas en inglés), lo que plantea un problema para las economías locales comprometidas, por ejemplo, con los combustibles fósiles.

Sin embrago, se mencionó una encuesta de Deloitte: 15% de los directorios no tienen en cuenta el Clima y 1/3 menciona que el mayor desafío son los inversores. Esto contrastas con la clara responsabilidad de la definición de los planes, que debe realizarse en las organizaciones desde el directorio.

En algunos países se identifican actores muy comprometidos, como los grupos de consumidores y las empresas energéticas, así como la fuerza laboral (especialmente los millenials) que quieren tener impacto y medirlo. Lo radical de los cambios depende del contexto y de la mirada de los stakeholders, ya que la confianza y las expectativas definen lo que debe hacerse. 

El directorio debe entender los planes y los logros de la organización en materia de Neutralidad de Carbono. Dada la urgencia del problema, se trata de poner en juego un sistema de valores que tal vez se opongan al beneficio inmediato del negocio. Se destaca el rol de los directores no ejecutivos a nivel global, quienes en primer lugar deben capacitarse para hacer esta transición en los modelos de negocio.