Solemos hablar y tratar de profundizar sobre diversos temas: diversidad, igualdad de género, sustentabilidad, responsabilidad social empresaria, compliance, participación en la discusión política, management en tiempos de crisis… y así podríamos seguir. Pero creo que hay un concepto que los engloba a todos, que tiene que ver con la esencia misma del IGEP: la gobernanza o gobierno corporativo.

A pesar de su centralidad es un concepto a veces esquivo. ¿De qué hablamos cuando hablamos de gobierno corporativo? Hay una definición que me gusta bastante. “Gobierno corporativo es el conjunto de procesos, mecanismos y reglas de juego establecidos entre los propietarios, el Directorio y la administración para dirigir la empresa, alcanzar los objetivos planteados, generar valor sostenible en el tiempo para sus accionistas y responder a los legítimos requerimientos de otros grupos de interés.”(1)

Sobre esto se ha escrito mucho pero quisiera poner el foco sobre algunos aspectos que, aunque puedan parecer obvios, no está demás enfatizar ya que están relacionados con muchos de los temas que hoy son parte de importantes debates en todo el mundo.

Inicialmente quisiera resaltar la necesaria centralidad del rol del Directorio en la definición y ejecución del proceso de gobierno corporativo. No sólo por las responsabilidades que le adjudica la ley sino porque, en la práctica, es la instancia que tiene una relación natural tanto con los accionistas como con la gerencia. Es cierto que en las PyME muchas veces los accionistas, directores y gerentes son las mismas personas, pero a medida que las empresas crecen o van transcurriendo las generaciones de dueños los roles se empiezan a diferenciar. Y es el Directorio quien normalmente tiene que comenzar a proponer las políticas, protocolos y mecanismos que permitan articular el funcionamiento de los distintos participantes del gobierno corporativo. La transición hacia una realidad en la que muchos de los accionistas (miembros de la familia) no participan de la gestión de la empresa y tanto la dirección como la gerencia se van “profesionalizando” es muchas veces un proceso complejo y traumático. El rol del Directorio es central y clave en el diseño y conducción de este proceso.

Dicho esto, echemos una mirada a la composición del Directorio. Las personas en forma individual suelen estar sesgadas en sus decisiones. Este sesgo puede provenir de múltiples factores. Experiencias pasadas, aspectos culturales, emociones, características psicológicas, grado de aversión al riesgo o simples preferencias personales pueden afectar de manera muy significativa la decisión que una persona (un hombre de negocios) puede tomar en un determinado momento, más allá de la racionalidad objetiva. En un Directorio, por definición, se toman decisiones grupales. Se entiende que los grupos tienden a tomar mejores decisiones que los individuos. En los grupos se pueden mitigar los efectos generados por los sesgos individuales dado que en un grupo coexisten experiencias y personalidades distintas y por lo mismo se llega a una decisión con un mayor bagaje de información. Pero para que esto se dé debe haber diversidad e independencia entre los miembros del Directorio. Por lo tanto, podemos decir que un buen gobierno corporativo debiera buscar que exista una adecuada diversidad en la empresa y en el Directorio. Cuando se habla de diversidad la misma puede abarcar diferentes aspectos. Diversidad cultural, de experiencia o generacional son importantes pero, sin duda, la diversidad de género es un factor fundamental en esta ecuación. Sin entrar en aspectos legales o regulatorios, creo que la participación conjunta tanto de hombres como de mujeres es un componente clave a tener en cuenta en la conformación de un Directorio o de los cuadros de la empresa y por lo tanto un factor clave para el diseño y buen funcionamiento del gobierno corporativo.

Otro elemento fundamental en la vida de una empresa es la relación con su entorno. No parece razonable pensar que una empresa pueda sobrevivir en el largo plazo manteniendo una relación de conflicto permanente con el medio en el que habita. Por lo tanto, cuando hablamos de la participación ciudadana o política de los hombres y mujeres de negocios, del cuidado del medio ambiente o de las relaciones con la comunidad estamos hablando en realidad de la viabilidad de la empresa en el mediano y largo plazos. ¿Qué es una empresa sustentable? Es una empresa capaz de perdurar en el tiempo. O sea que cuando hablamos de sustentabilidad estamos hablando de supervivencia y esta es una responsabilidad primaria del Directorio y una parte crucial en el sistema de gobierno corporativo. No es un tema de soñadores o de idealistas, sino un requerimiento pragmático que toda empresa debe asumir.

Por todo lo dicho, y más allá de las regulaciones, no creo que sea razonable hablar de gobierno corporativo sin tener en cuenta seriamente estos factores.

 

(1) Alfredo Enrione, Directorio y Gobierno Corporativo