Este artículo corre el riesgo de hacernos retroceder seis décadas. “Boeing Boeing” es una película estadounidense de comedia de “farsa de dormitorio” (historias improbables de encuentros de parejas no formalizadas) que data de 1965, a su vez basada en la obra de teatro francesa de 1960 del mismo título. Sus protagonistas Tony Curtis y Jerry Lewis hacían malabares inolvidables para que en sus estadías en un departamento de Nueva York nunca se encontraran sus ocasionales parejas, siempre tripulantes de la entonces pujante aviación comercial. Un verdadero clásico del cine de entretenimiento.
Y no, hoy no se trata de partir de un sesudo artículo de “The Economist” , como tantas veces he usado como base para reflexiones propias.
Turbulencias en Boeing
En un artículo de su número del 12 de marzo de 2024, la revista Time informó que John Barnett, un ingeniero de control de calidad de 62 años había trabajado en la empresa Boeing hasta su retiro en 2017, había aparecido muerto en el hotel en el que se alojaba en Charleston. En estos últimos años, Barnett había hecho público su escepticismo sobre el cumplimiento de estándares de seguridad por parte de la compañía, que ha estado bajo los reflectores en los últimos meses por problemas serios en varios modelos de aviones de Boeing.
Primero fue la caída de un avión Boeing 737 MAX 8 de Ethiopian Airlines y otro de Lion Air, ambos minutos después del despegue, con la muerte de todos los ocupantes de ambos aviones. En 2019, Barnett declare a la BBC que había trabajadores en una planta de Boeing que habían estado insertando partes falladas en los aviones para cumplir con los plazos de entrega, y que las máscaras de oxígeno en los Boeing 787 Dreamliner tenía un 25% de probabilidad de fallar en una emergencia.
Barnett alegó ante el New York Times que había sido amonestado por documentar “violaciones a los procesos” por e-mail en lugar de hacerlo en reuniones presenciales.
En enero de 2024 un Boeing 737 MAX 9 de Alaska Airlines realiza un aterrizaje de emergencia enseguida después de haber despegado en Portland luego de que una puerta de emergencia se voló con la pérdida de pertenencias de pasajeros y una seria descompresión en la cabina. Aunque nadie salió herido, tres pasajeros han entablado juicios contra la compañía por daños por USD 1.000 millones por “daños psicológicos derivados de negligencia”.
Barnett declaró en ese momento que el problema no se limitaba a una pieza de la puerta de emergencia o siquiera a un modelo en particular. “Se han eliminado pasos de inspección, los problemas son ignorados y no resueltos.”
El Departamento de Justicia de los EE.UU. inició una investigación sobre la empresa Boeing. La Administración Federal de Aviación anunció que una auditoría de seis semanas en Boeing y en su subcontratista Spirit AeroSystems “encontró múltiples casos en que ambas compañías no cumplieron con requisitos de control de calidad en manufactura.”
El 14 de marzo, más de 50 pasajeros resultaron heridos luego de que un Boeing 787 de LATAM cayó en picada en lo que la aerolínea llamó un “evento técnico” que todavía está siendo investigado.
Con la caída de su reputación, el precio de la acción cayó un 26% entre enero y marzo de 2024.
El 17 de abril de 2024, tres ingenieros de Boeing, Sam Salehpur, Ed Pierson, Joe Jacobsen y Shawn Pruchnicki dieron su testimonio ante un comité del Senado de los EE.UU. a raíz del incidente de Alaska Airlines, señalando los mismos problemas que habían sido levantados oportunamente por John Barnett.
Toda la evidencia apunta a falta de controles internos de calidad, énfasis desmedido en el cumplimiento de objetivos de producción y supresión de informes relacionados con problemas de calidad y seguridad en la producción de los aviones. Sabemos muy bien dónde termina la responsabilidad por todo esto…
Un testigo muerto
Según Time, John Barnett iba a contestar preguntas un sábado de marzo como parte del testimonio que ya había iniciado la semana anterior por la disputa legal con su antiguo empleador, Boeing. No apareció.
Su abogado Brian Knowles lo llamó repetidamente. Al no recibir respuesta, pidió al hotel en que se hospedara que chequeara su situación. Lo encontraron muerto en el estacionamiento sentado al volante de su camioneta. Según el médico legista del condado de Charleston, “Barnett murió de lo que aparece como una herida derivada de un disparo que se hizo él mismo en la cabeza”.
Según el newsletter Corporate Crime Reporter citado por Time, Knowles se había preparado para interrogarlo en el tercer día de su aparición en el juicio iniciado en el contest del “Whistleblower Protection Program” de la Administración Federal de Aviación de los EE.UU
Knowles y su colega Turkewitz le dijeron a Time que “Barnett estaba de muy buen ánimo y deseando finalizar esa etapa de su vida. No teníamos ningún indicio de que quisiera poner fin a su vida.” Los abogados lo describieron como “un hombre con coraje y honesto, con la más alta integridad personal” con un fuerte compromiso con la empresa Boeing, sus colegas en la empresa, y los pilotos y pasajeros que viajaban en los aviones de la empresa.
Rodney Barnett, hermano de John declaró que “sufría de PTSD y ataques de ansiedad por haber sido sometido a un ambiente hostil en su trabajo en Boeing y que eso podría haberlo llevado a la muerte.” Boeing afirmó en un comunicado estar muy triste por la muerte de su ex empleado.
John Barnett ya había dado testimonio en una investigación iniciada por la Cámara baja del Congreso de los EE.UU.
Tenemos que producir un cambio – no continuar con el gatopardismo
Hemos sido testigos de los escándalos de Enron, WorldComm y Parmalat a comienzos del siglo XXI que tanto celo de reforma generó en su momento con la ley Sarbanes-Oxley de los EE.UU. y el correspondiente contagio global por mejorar la gobernanza y el compliance. . El uso irresponsable y la contabilización de la coima en países extranjeros motivó en los EE.UU. la sanción de la FCPA y su impacto en la legislación de Gran Bretaña y la Unión Europea.
Ha habido escándalos de contaminación por fallas de gobernanza en grandes grupos mineros que han dado pie a tremendos cambios de cultura. Hubo aspectos de contaminación ambiental en motores de vehículos del Grupo Volkswagen que estallaron en un escándalo en los EE.UU. pero que el Directorio de la empresa buscó denodadamente ocultar en lugar de resolver – en un país con una enorme conciencia ecológica pública y legislativa.
Juntos hemos recorrido los 10 más grandes escándalos en gobierno corporativo de 2022 en el sector tecnológico. También el crash de FTX sobre el final de 2022. Sólo en el pasado mes de marzo de 2024 analizamos en este mismo newsletter el derrotero de Elon Musk y Mark Zuckerberg.
Por simplicidad y porque todavía pecamos muy fuertemente por ocultamiento y disimulo de problemas de gobernanza básica en las empresas argentinas, este artículo sólo ha hecho foco en situaciones que se han dado fuera del país.
La enorme mayoría de los empresarios somos honestos y nos preocupa parecerlo. Pero la naturaleza humana tiene debilidades relacionadas con la codicia, la búsqueda del beneficio personal, el intento de no asumir responsabilidades éticas y legales, la búsqueda de parecer inmaculado frente a la opinión de cercanos y del gran público, el temor a la aplicación estricta de la ley – es innecesario continuar.
Se pueden poner en el papel todas las leyes, reglamentaciones, normas públicas y privadas que se les ocurran. Está bien que sea así y por suerte existen, aunque sea para generar un poco de temor de Dios y de la justicia. Pero es evidentemente insuficiente.
El IGEP y todos los institutos de directores colegas del mundo, las instituciones que formamos directores en Argentina y en el resto del mundo, los individuos interesados en la gobernanza - tenemos que seguir dando la pelea ética. Sobre todo, buscar el cambio y el compromiso en una cantidad creciente de personas que por su condición de directores ejercen la doble función de inspiración y control.
Es en esos corazones de hombres y mujeres que radica la única posibilidad de que sean cada vez más raros estos escándalos en nuestras empresas. Llevará a la construcción de un capitalismo verdaderamente consciente e ilustrado que cautive al mundo por su visión integral de la actividad económica y de las empresas.