La UCU Business School de Montevideo finalizó la segunda edición de su PGC – Programa de Gobierno Corporativo dirigido por Gabriel Vallone (DEP XXXI). Alejandro Marchionna condujo algunas clases del programa y estuvo presente en el panel de cierre el pasado jueves 26 de junio de 2025.

El decano de UCUBS, Marcos Soto, abrió la actividad de cierre con unas palabras que enfatizaron su compromiso personal y la Escuela de Negocios con la mejora de la gobernanza en Uruguay. A continuación, Gabriel Vallone presentó brevemente a los cuatro panelistas.

• Diego Labat DL – Ha sido director de empresas grandes y complejas. Ejecutivo de ABN-AMRO, Santander. Director de ANCAP por la minoría. Presidente del BCRA en la gestión de Luis Lacalle Pou.

• Ana María Elorrieta AME – presidente del CUGO (Círculo Uruguayo de Gobierno de las Organizaciones), socia honoraria del IGEP y socia del IBGC, socia retirada de PwC con trayectoria en Argentina y Brasil.

• Mariella de Aurrecoechea MdA – chair del Board Latam de Deloitte, miembro del Board global de Deloitte. Especialista en Riesgo, Auditoría Interna, ESG.

• Martín Guerra MG – socio fundador de inCapital, Paigo y Handy, entre 20 y 30 empresas compradas y vendidas.

 

MG abrió el panel con una mirada sobre el ecosistema empresarial local, señalando que en Uruguay predominan las PYMES, mientras que la presencia de multinacionales y grandes corporaciones es relativamente escasa. Como director, pone especial énfasis en la cantidad y calidad de la información que la gerencia le transmite al Directorio. Según su visión, en Uruguay hay hambre por encontrar tesis de negocio desafiantes. Destacó la importancia de rodearse siempre de los mejores expertos en cada tema, aunque lo ideal —afirmó— es contar con un equipo de gerentes que sean verdaderos cracks: ambiciosos, con iniciativa y ganas de crecer.

MdA, por su parte, se preguntó por qué aún se discute la disparidad de género en los Directorios. “El hombre es hombre, la mujer es mujer”, señaló, insistiendo en la necesidad de un buen tone at the top y en la implementación de estructuras, incentivos y controles efectivos. Subrayó que un buen Directorio debe estar preparado para evaluar comportamientos indebidos y sostener conversaciones con independencia de la gerencia.

AME compartió los antecedentes de las instituciones que nuclean a directores en América Latina, en el camino hacia la formación de REGCLAC —el grupo regional de Institutos de Directores. Identificó en su momento la ausencia de una institución de este tipo en Uruguay, lo que lo impulsó a trabajar en la creación del CUGO. Señaló la importancia de aprovechar la experiencia del IBGC (Brasil), del IGEP (Argentina) y de la firma PwC como referentes.

DL, desde su experiencia institucional planteó la necesidad de distinguir, en las empresas públicas (EPEs), entre decisiones “piratas” —tomadas para aprovecharse del Estado— y decisiones políticas, entendidas como producto de consensos legítimos en beneficio del país. Alertó sobre las malas condiciones de gobernanza en muchas EPEs, destacando tres carencias clave: la ausencia de una estrategia de negocios, la falta de incentivos adecuados y el desafío que enfrenta el management para operar con flexibilidad ante entornos cambiantes.

MG retomó la importancia de definir cuidadosamente el criterio de selección de los miembros del Directorio. Si bien se suele buscar a personas expertas y de buena calidad humana, valoró especialmente a quienes pueden influir positivamente sobre el management. Expresó su preferencia por acompañar a ejecutivos y empresas jóvenes, por tener —según él— un repertorio fresco y menos contaminado. Destacó que lo ideal es lograr una simbiosis entre miembros externos y personas del “riñón” de la empresa. También remarcó que todo Directorio debe contar con un líder, aunque —advirtió— ese liderazgo no debería surgir de un curso, sino de la experiencia. Se manifestó crítico del uso excesivo de presentaciones en PowerPoint y a favor de discusiones que vayan al fondo de los temas, promoviendo una “transparencia radical” en el Directorio, con impacto directo en los equipos de gestión. Finalmente, agregó que muchas EPEs están mejor gobernadas de lo que se piensa, gracias a un estamento gerencial profesional y estable.

MdA reflexionó sobre la dificultad de conformar buenos Directorios. Tal vez, sugirió, sea momento de incorporar más personas jóvenes para dinamizar el intercambio y la toma de decisiones. Recomendó hacer un buen diagnóstico de las dimensiones de diversidad a enfatizar. En relación con la agenda ESG, comentó que muchas veces se incorpora un experto pero el resto de la organización no se involucra. Por eso, sugirió focalizarse en pocos temas que realmente sean materiales para la empresa, y que puedan movilizar al conjunto. Subrayó que rara vez hay claridad sobre quién es el responsable real del tema ESG, por lo que propuso que el Directorio impulse una cultura propia en torno a esta agenda.

AME volvió a la cuestión de “mejorar las organizaciones” y recordó que en el CUGO no solo participan empresas consolidadas, sino también grupos vinculados a PYMES, start-ups y empresas públicas. Señaló que tienen la ambición de desarrollar casos de estudio sobre organizaciones uruguayas, y para ello han comenzado un relevamiento. En su opinión, acercarse hoy al CUGO es ser pionero de la gobernanza en Uruguay. Aspiran a formar un foro de directores con alcance nacional e inclusivo.

DL consideró que algunas personas tienen una aptitud natural para ser buenos directores, pero que el desarrollo de hábitos adecuados también genera resultados. Señaló que algunas EPEs logran agregar valor y que algunos directores lo hacen también, gracias a sus buenos hábitos. Más allá de las EPEs, reconoció que muchas empresas uruguayas han logrado desarrollar buenas prácticas.

En el debate sobre si se debe priorizar a los stakeholders o a los shareholdersMG sostuvo que el foco debe estar en el accionista. Las empresas —afirmó— existen dentro de una sociedad, pero muchas están actualmente con lo justo. Al hablar de estrategia, recordó la famosa “servilleta” de Kaplan, que inspiró el concepto de alignment y posteriormente la publicación del libro que llevó esa idea de la teoría a la práctica.

AME agregó que, por la diversidad de stakeholders, cada organización enfrenta una realidad de gobernanza distinta. Mencionó como ejemplo a Vale, en Brasil, cuya dependencia de la comunidad quedó en evidencia ante desastres ecológicos: si no se han cultivado lazos fuertes, la sociedad civil puede volverse adversa a la empresa.

DL coincidió, pero reafirmó que, al final del día, la responsabilidad principal sigue siendo con el accionista.

AdM cerró retomando lo dicho por AME: si la comunidad se siente tratada con justicia y respeto a lo largo del tiempo, será la primera en salir en defensa de la empresa cuando sea necesario.

Así concluyó un panel que dejó claro un concepto que atravesó todo el Programa de Gobierno Corporativo de la UCU Business School: el buen gobierno corporativo no es una noción abstracta, sino una práctica viva, cargada de desafíos reales y decisiones con impacto sostenible en el largo plazo.