Haber vivido intensamente un evento de 24 horas seguidas dedicadas al gobierno corporativo con tres mil líderes de todo el mundo reflexionando juntos fue una experiencia extraordinaria. Cuando decidimos en el Comité Ejecutivo del GNDI apostar a este formato tan exigente en lugar de hacer 3 eventos cortos y por regiones separadas sabíamos que el desafío era mayúsculo pero también que el resultado sería muy superior… y no nos equivocamos.

Un evento de 24 horas de duración fue la manera de igualar a todos los países: todos tendríamos que acomodarnos a una agenda difícil, que implicaba menos horas de trabajo y de sueño, pero también sabíamos que todos íbamos a estar juntos. Y así fue. Las reuniones del GNDI se caracterizan siempre por tener a algunos recién madrugados y a otros, estirando la noche. Pero cubrir desde Canadá o la Argentina hasta Australia y Nueva Zelanda exige este tipo de esfuerzos. Y el Evento Global de 24 hs hizo honor a su lema “Good Governance Never Sleeps”, el que a su vez remite a nuestro principal deber de diligencia para con las empresas que dirigimos.

El GNDI cumplió 10 años de existencia de la mejor manera, demostrando que es el corazón del gobierno corporativo a nivel global. El referente global del que no se podrá prescindir de ahora en más. Nos faltaba este debut a toda orquesta y lo hicimos a lo grande. Excelente logro de los institutos de directores de todo el mundo, incluido nuestro humilde pero constante y esforzado IGEP. Bien por todos los socios del instituto que, con sus aportes regulares, permiten que el IGEP sea parte del GNDI y de este extraordinario movimiento profesional.

Aquí hay un tema político que no se debe soslayar. Si los directores no asumimos el rol central en el gobierno corporativo, ese rol queda en manos de los organismos multilaterales como el IFC del Banco Mundial, la OECD o el BID, es decir, en manos de los gobiernos y los reguladores. Y no tengo nada en contra de ellos, pero debemos ser conscientes de que todo, absolutamente todo lo que se decida en materia de gobierno corporativo, sea quien sea el que lo decida, afecta en primera medida, y casi siempre exclusivamente, a las directoras y los directores de empresas. 

Cada vez que escuchamos “hay que regular a las empresas, porque son demasiado poderosas” o frases por el estilo nosotros debemos saber escuchar bien: no están aludiendo a los accionistas sino a nosotros, los directores; a nadie más. Están agregando presión u obligaciones que afectarán nuestras decisiones. Están confrontándonos con algunos de nuestros stakeholders, tensionando nuestra gestión cotidiana. En nuestro medio local, cuando el gobierno dice “vamos a regular los precios” está diciendo, en general, incluso sin saberlo, “vamos a presionar a los directorios para que no pongan el precio que deben poner cumpliendo sus deberes para con sus empresas, sino un precio más conveniente a nuestro pueblo (léase, a nuestro gobierno)”.

Esto que sucede a nivel local sucede también a nivel global, y las presiones son muy superiores aun. La agenda global de cambio climático, de diversidad, de ESG, de transparencia y compliance y hasta la agenda con la que se afronta la invasión rusa a Ucrania son todas ellas agendas que se nos imponen como directores, por las buenas pero a veces también por las malas. Quiero decir que, aun cuando no estemos de acuerdo con priorizar de la misma manera cuestiones relevantes como éstas en la agenda local, las presiones internacionales se hacen sentir. Esto sucede también en el ámbito del GNDI, sobre todo en países con gobiernos muy activos en el plano global. Y será todo un desafío lograr que el protagonismo en gobierno corporativo cambie de manos y se deposite adonde debe estar: en los institutos de directores. 

Es que si el gobierno corporativo debe ser una práctica asumida y aceptada, son los directores quienes deben hacerlo voluntariamente. Someter sus decisiones a presión y no apostar por su convicción no es el camino sustentable que esperamos. Estamos en ese camino y fortalecer nuestros institutos es la estrategia adecuada. Recién cuando esto suceda de modo cabal estaremos en la senda del verdadero gobierno corporativo, viviendo una actitud sustentable de las empresas.

A eso apostamos en el IGEP y para eso los convocamos a Uds., directoras y directores de empresas de la Argentina.