La Convención tuvo como eje central y muy bien abordado la realidad y el futuro de los directorios.
El IGEP representa hoy una institución de excelencia que permite capacitar y acompaña a sus miembros en el mejor desarrollo.
La Convención dejo claro que debemos tomar conciencia de que las empresas del futuro necesitan también nuevas visiones y formas de hacer las cosas.
En mi opinión, y en los grupos 4 y 5 que me ocupó coordinar, se trabajó con enorme compromiso y responsabilidad discutiendo la necesidad del IGEP en la adecuación de los programas actuales y los que podría llegar a crear para acompañar los cambios que existen hoy en la nueva modalidad de trabajo y como lleva eso a una nueva forma de toma de decisiones en los directorios.
Se trató la contingencia que se atraviesa a raíz de la crisis y de la pandemia la que ha implicado un mayor involucramiento del directorio en la gestión diaria, no solo para ayudar a solucionar la coyuntura, sino también para levantar la mirada de manera realista y decidir si y como el negocio flota a futuro.
A raíz de ello la necesidad de adecuar los programas y las actividades internas para que la formación acompañe en este cambio.